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por Pablo Zaccarello
No es una clase mas para los alumnos primarios de la Escuela de la Costa, ubicada en Puerto Madryn, Chubut. Es que ese dia - el último de enero, cuando todavía gozaban de sus vacaciones - fue el del primer contacto con los estudiantes de la Mahopac High School, un establecimiento escolar del estado de Nueva York. De allí los nervios, las corridas, los conciliábulos entre alumnos y maestros.
No era tampoco un encuentro común, unos frente a otros. Para esta experiencia se usaba, por primera vez en la Argentina en una escuela, el videoteléfono, un avance tecnológico que les permitió contactarse directamente, conocerse las cara e intercambiar las primeras ideas sobre un proyecto mas que ambicioso: construir conjuntamente un satélite de comunicaciones. Asesorados por especialistas, los chicos deberán pegeniar una computadora (de esto se ocuparán en el Mahopac), la carcasa del satélite (aquí intervienen los argentinos) y el cohete que lo pondrá en órbita, una tarea de la que se harán responsables los alumnos de un establecimiento soviético que también participa del operativo.
¿Cómo fue que este proyecto de integración entre distintas comunidades y los videoteléfonos llegó a Puerto Madryn? Muy sencillo: todo se debió a las ganas y el esfuerzo del director de la Escuela de la Costa, Daniel Reyes, que a fines de 1988 se comunicó con el cónsul de la Argentina en Nueva York y le pidió que contactara a su colegio con alguno de aquel Estado para llevar adelante trabajos en común. Así fue como el doctor Keller Sarmiento, cónsul argentino conoció la existencia de un sistema de integración entre la Mahopac y una escuela rusa. Las particularidad era que utilizarían para los trabajos el videoteléfono. Inmediatamente gestionó la participación argentina. Todo era perfecto: los objetivos de los americanos eran los mismos que los de la Escuela de la Costa. No hubo inconvenientes, entonces, para ponerse a trabajar. Fue así como dos integrantes del Mahopac llegaron a Puerto Madryn a mediados de 1989,
Instalaron nuevos equipos videoteléfonos, una PC con módem para el correo electrónico y los elementos adicionales. Y se pusieron de acuerdo en el día y la hora del primer "encuentro" y maestros de la Escuela de la Costa empezaron a familizarizarse con la nueva tecnología y también comprender la importancia de participar de un desarrollo semejante como el de fabricar un satélite, el primero hecho por alumnos de una escuela.
Para enviarse mensajes sobre todo lo que vaya surgiendo, usarán el "correo electrónico" que no es otra cosa que una computadora en la que se almacenarán los datos para brindarle a "sus socios". Así, por ejemplo, un día prefijados los soviéticos entrarán en el ordenador de la Escuela de la Costa y podrán acceder a todos los mensajes dejados para ellos.
El satélite - con optimismo calculan que en tres años podrán palparlo - se va a utilizar para extender el intercambio a todos los establecimientos del mundo que lo soliciten. Sin dudas, un ejemplo.
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