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El estallido

¿Por qué volver a hablar de esto ahora? El estallido social de Chile ocurrió el 18 de octubre de 2019 pero ahora ya no nos acordamos de qué pasó.

El gatillante

Vamos a empezar por lo más obvio: El 1ro de octubre de 2019 el Ministerio de Transportes decretó un alza del transporte público del Gran Santiago (sistema Transantiago) de 30 pesos chilenos ( luego de la revisión de los costos del sistema por parte del Panel de Expertos del Transporte Público que es un organismo autónomo que calcula el valor que debiera tener el pasaje dentro de la provincia de Santiago, Puente Alto y San Bernardo. Este último panel es bastante técnico y no toma decisiones políticas ni sus miembros son políticos. Se creó para no subsidiar en exceso el transporte público, teniendo un grupo de técnicos encargados de entregar un punto de vista no político partidista basado en números.

Pronto esa alza (porque casi siempre son alzas) generó crispación, en especial en el sector estudiantil (los estudiantes en general son muy susceptibles a subidas de precios) y estaban movilizados políticamente, además de contar con tiempo libre y organización para hacer sus demandas visibles. En un momento en que se protestaba también por otras reivindicaciones importantes como la gratuidad en la educación y la abolición del CAE (un préstamo estudiantil bancario intermediado por el Estado)

La percepción de corrupción y desigualdad

El Chile de 2019 no era muy distinto al de hoy, sin embargo, en un gobierno de derecha como el del entonces presidente, el fallecido Sebastián Piñera, la crispación social era mucho más evidente. En Chile (y especialmente en esa época) el gran tema social era la desigualdad y el poder de los grandes grupos económicos que afectaba la vida cotidiana de los chilenos con tramas de colusión que comenzaron a estallar durante esos años (repactaciones ilegales de la tienda de Retail La Polar que apuntaba a un mercado de clase media baja, la colusión del papel higiénico, la colusión del pollo, las bajas pensiones, el alto costo del arancel estudiantil).

La centro-derecha chilena (o derecha a secas, ya que no había otros referentes de importancia más extremos) ligado aún parcialmente al pinochetismo estaba muy conectado con estas colusiones. Sebastián Piñera mismo era un inversionista muy importante en el mercado nacional, con aspiraciones políticas y con intereses en medios de comunicación, el sector financiero, transportes y la minería.

Durante los meses previos muchos de sus subsecretarios y ministros se referían de forma despectiva o al menos con una desconexión tan fuerte a problemas de la población que resultaba muy chocante en medios de comunicación de alcance nacional.

https://eldesconcierto.cl/2019/10/19/las-incendiarias-frases-del-gabinete-de-pinera-que-detonaron-la-crisis-social

https://www.latercera.com/politica/noticia/gobierno-pinera-frases-polemicas/852188/

La dicotomía entre el Chile macroeconómico y el Chile del día a día

El Chile macroeconómico era de lo que más se hablaba en los medios y lo que se promovía afuera: Un país estable con baja inflación, decenas de tratados de libre comercio, con estado de derecho y protección de la inversión extranjera. Por contra, en el interior del país el discurso es de un país desigual, con mucha inversión en Santiago y zonas productivas pero deprimido en otras, con un nivel de vida muy alto pero difícil de abordar para la mayoría. Con una economía basada en exportaciones que no requiere ni paga por empleos muy calificados y donde mucha de la fuerza laboral trabaja por salarios bajos y sin un buen sistema de salud (con cobertura desigual dependiendo de si eres de seguro privado o público) ni de pensiones (este último en un régimen regulado pero privado en base a empresas con fines de lucro).

Esto hace que desde el exterior, de primeras sea difícil entender el motivo de la rabia, siendo que el gatillante había sido un alza no muy grande de un servicio que se ofrecía en un lugar del país. Para los inversionistas era difícil, también lo era para muchos extranjeros, principalmente de la zona andina de Sudamérica que veían a Chile como un refugio dentro de Latinoamérica. La situación de la pandemia del covid, sólo haría este movimiento migratorio empeorar.

¿Por qué la educación es el punto de partida del estallido?

Para mí, la razón es muy sencilla: De acuerdo con lo que he comentado anteriormente, Chile es un país sumamente desigual, lo era el 2019, lo es hoy pero ser un profesional era visto como una salida del círculo de la pobreza, por lo que dar un mejor acceso a la educación superior es visto como una aspiración de las clases más deprimidas de la sociedad. No es raro que un profesional gane un 50% o un 100% más que un trabajador sin estudios superiores. Hoy sin embargo es más claro ver que la trampa es que la misma economía al no educar a suficiente población y al surtir la oferta educativa en base a aspiraciones juveniles, no entregaba el resultado esperado. a 2024 hay muchos más profesionales o estudiantes de educación superior pero encontrar un empleo es cada vez más difícil y ciertas profesiones tradicionales y de prestigio como el derecho son muy mal remuneradas.

¿Por qué tanta violencia? ¿Tú apoyas el estallido y su violencia?

Lo triste de un estallido social es que, en mi opinión es un quiebre social, por lo que no hay nada que celebrar. Creo que es importante entender que vivimos en una sociedad con muchos problemas, con una enorme desigualdad en que hay mucha gente enojada, frustrada y con miedo que no tiene a quién recurrir. Discutir sobre las personas que hacen uso de la violencia sería interesante pero creo que para entender la violencia física habría que escribir un libro y no solo esto. Lo que sí puedo decir es que en Chile, como en Argentina, como en Colombia, Brasil, etc hay marginados sociales (personas que viven con muchas carencias sociales, de afecto, económicas, de valores, etc) y que se van a manifestar y no va a ser de una forma linda. El estallido social de cierta forma les dio a estas personas un vehículo para expresarse y aprovecharse del pánico en algunos casos. Me refiero a saqueos, incendios en el metro, etc. Si un país tiene gente marginalizada, tiene mucha delincuencia y no se resuelven, estas personas van a aprovechar esas situaciones. No las quiero validar tampoco porque no me parece correcto, y a diferencia del 2001 argentino no había quizás una hambruna por carencia de efectivo e inflación, era un malestar más político.

La resolución

El país estaba ingobernable durante esos meses y como no era un movimiento con cabeza (porque los estudiantes eran sólo una parte de la molestia) los políticos no tenían con quién conversar. Se propuso entonces una constitución escrita sin políticos pero no resultó (no es esta publicación el lugar para hablar del porqué), luego se propuso otra cuando los chilenos se agotaron de la violencia urbana pero tampoco cuajó. Todos sabíamos que más allá de la constitución había algo más práctico que no se iba a resolver que era la economía del hogar. No hubo cambios estructurales que afectasen esas falencias del Chile actual y todo quedó en nada. No hubo ni una buena respuesta política ni una buena respuesta social ya que hay un quiebre mutuo a mi entender, entre los actores sociales y los políticos. No puedes cambiar el país sin conversar con la política ni hacer política sin ver lo que está pasando con la gente. El poder se mantuvo donde siempre estuvo y eso era lo más importante que no cambió.

Lo que sí me molesta mucho y es el motivo por el cual escribí esta parrafada es porque cuando hablas del estallido social sólo se habla de la violencia y no se habla de los problemas que el país tiene como sociedad que hacen que no seamos felices y que hicieron que la gente mayoritariamente apoyara la protesta de ese último trimestre de 2019.