Por Tanner Garrity
Hay vida más allá del scroll infinito. Armemos un kit de hábitos, rutinas y productos para ayudarte a vivir con más intención.
En 2006, un diseñador UX llamado Aza Raskin inventó el "scroll infinito". Esta función reemplazó la paginación en internet: al llegar al final de un feed, línea de tiempo o página de resultados, bastaba con deslizar la pantalla para obtener más contenido. Como por arte de magia, siempre aparecía más.
Raskin sabía exactamente lo que había creado: "Si no le das tiempo a tu cerebro para procesar tus impulsos, sigues desplazándote", explicó a la BBC. "Es como esparcir cocaína conductual sobre tu interfaz. Eso es lo que te hace volver una y otra vez".
¿Sabíamos en lo que nos estábamos metiendo? Imagina viajar en el tiempo a principios de los 2010. El iPad (la primera tableta rentable) acababa de llegar. Los smartphones añadían funciones sin parar, transformándose de herramientas específicas a ecosistemas omnipresentes. Nos sentíamos afortunados de tenerlos (y sus versiones originales no eran baratas).
Ahora imagina decirle a alguien de esa época que en 2025, evitar esas pantallas sería un símbolo de estatus.
Es cierto. Todos lo sabemos ahora: el tiempo en pantalla compite directamente con el tiempo en el mundo real. El scroll infinito fue solo el comienzo. Se unieron las notificaciones push, los feeds algorítmicos, los contadores de "me gusta", las rachas gamificadas, las cámaras frontales, la reproducción automática... todo diseñado para mantenernos mirando, tocando y regresando.
En 2023, el usuario promedio pasó casi siete horas diarias frente a pantallas. Es imposible pasar días encorvado sobre un teléfono sin sentir (vagamente o visceralmente) que algo nos hace. La ciencia lo confirma: el abuso de pantallas altera el sueño, reduce la atención y contribuye a la ansiedad y depresión.
De haber previsto esto (y tenido opción de rechazarlo), es difícil imaginar que alguien elegiría esta vida. Mira a la Generación Z (la menos libre en este tema), adoptando teléfonos básicos en masa.
¿Por qué cuesta tanto dejarlo? Porque estamos enganchados, exactamente como diseñaron los creadores. (Hoy Raskin es un "hereje de Silicon Valley" que aboga por tecnología ética). Estamos tan abrumados por la adicción que ni sabemos por dónde empezar.
Por eso armé esta lista para una vida más analógica. Amplié un poco el concepto de "analógico" para adaptarlo a un estilo de vida razonablemente moderno. No sugiero cancelar tu wifi, sino adoptar rutinas sostenibles cercanas a lo analógico. De las 50 ideas, no recomiendo adoptarlas todas.
Quédate con las que resuenen contigo. Tal vez sean aspiraciones o cosas que solías hacer antes de esta era caótica. Estas ideas buscan crear fricción: frenarte, interrumpir comportamientos automáticos y hacer que la vida digital se sienta menos mecánica.
Lo analógico no es nostalgia. Es resistencia. Desde rituales retro hasta bloqueadores de webs, estas pequeñas intervenciones te ayudarán a vivir como persona, no como usuario.
Lee antes de dormir 10 páginas, 10 minutos, lo que funcione. Los libros son nuestro mejor vínculo con lo que el epistemólogo Neil Postman llamó la "Era de la Tipografía". Si el medio es el mensaje, leer es el espacio donde deberías jugar al menos una vez al día. Esta práctica no solo activa neuronas y afina el enfoque: cultiva empatía y redefine tu relación con el tiempo y espacio. Como dijo Postman: "Un libro es historia pura... promueve un pasado coherente y útil". ¿Qué es más analógico que eso?
Haz sagrada la cena familiar Al menos una razón de la crisis comunitaria en EE.UU.: la erosión del "mantenimiento de lazos familiares". Con más tiempo en pantallas, agendas apretadas y familias dispersas, las tradiciones pierden. No tienen espacio para respirar (si es que existen). ¿Solución? Opta por la tradición más básica: la cena familiar. No tiene que ser diaria. Un par de veces por semana (sea cual sea tu familia), siéntense a comer y conversar. Antes temíamos las discusiones en la mesa. No son ideales, pero el exceso de pasión es mejor que todos mirando la TV o ignorándose en sus habitaciones.
Toma tu café en paz Solemos combinar café con emails a velocidad luz. Pero va mejor con: porches, escaleras, aceras, parques, amigos, paseos con perros, llamadas, libros, periódicos.
Lee el periódico Considera suscribirte a un periódico, aunque sea un día por semana (domingo, para mí). Es una forma más lenta y resonante de procesar noticias. Sin clics distractores. Además, sentarse en la cocina leyendo un periódico se ve y se siente poderoso. Llévalo en el tren para subir de nivel. (Si un poco de postureo público te ayuda a ser más analógico, ¡bienvenido sea!)
Escribe tu lista de tareas cada mañana ¿Qué tenían en común Benjamin Franklin, Beethoven y Michael Jordan? Todos anotaban sus tareas diarias. Claro, ninguno (ni el Jordan en su auge) tuvo apps que automatizan tareas, ponen recordatorios y rastrean progresos con un detalle que un cuaderno Five Star jamás igualará. Pero el método antiguo activa tus neuronas. Combina manifestación, establecimiento de metas y responsabilidad. ¡Recomiendo este hábito al máximo!
Sal a caminar en el almuerzo Llevo seis años rogando a la gente que camine en horario laboral, y seguiré 60 más (o hasta que la IA nos reemplace). Puntos extra si dejas el teléfono (¡y los AirPods!) en casa.
Habla por teléfono con seres queridos Ok, puedes llevar teléfono y AirPods si llamas a familiares. Me inspiré en "el poder secreto de la llamada de ocho minutos". La idea: conexiones casuales evitan la falsa percepción de "excedente de tiempo" (esa idea de que "en el futuro tendré tiempo para ponerme al día"). Hazlo ya, tan seguido como puedas. Escuchar su voz es mejor que mensajear.
Ten noches de cine Una manifestación deprimente de la modernidad es el "segunda pantalla": usar el teléfono mientras ves TV o cine. Como reportó la periodista Marina Hyde: "Muchos creadores reciben notas de plataformas: 'Esto no es suficiente para segunda pantalla'. Quieren que el espectador esté en su teléfono, medio distraído". ¿Qué hacemos?! Si vas a ver algo, enfócate. Recomiendo esto incluso para deportes. Guarda tus dispositivos. Es irónico que debamos esforzarnos para hacer sagrada la TV, pero empieza con noches de cine dedicadas. Mira con amigos, haz palomitas, el paquete completo.
Usa tus libros de cocina No tengo nada contra NYT Cooking o Mob. Son servicios fantásticos. Pero mi casa (como muchas) tiene libros de cocina polvorientos que no usamos solo porque el iPhone está a mano.
Mira atardeceres El mejor espectáculo de la ciudad. La vida es mejor como opacófilo (amante de puestas de sol).
Borra tus cuentas Sí, es drástico (especialmente si borras, no desactivas). Sé que para muchos (sobre todo nacidos en los 90s-2000s), Instagram es un álbum de recuerdos viviente. Borrarlo es como perder una extremidad. Pero considera cuánto ha cambiado la app, cuánto tiempo consumes vs. compartes, y con cuentas sin significado emocional. Perderás los Stories y será difícil stalkear conocidos de hace siete años. ¿Pero quizás eso nos dé más paz? Piénsalo.
Bloquea webs que roban tu tiempo Empecé a usar Instagram en mi laptop (para vincular en artículos). ¡Qué golpe a mi concentración! Investigué y encontré bloqueadores confiables. Mis criterios: A) Gratis, B) Sin soluciones alternas (cuando estás enganchado, prevé todo). Elegí Cold Turkey. Lo mejor: para romper el bloqueo debes usar "Pausa por una Causa". Literalmente pagas para acceder a tu vicio, y Cold Turkey (herramienta canadiense) dona el dinero a WWF Canadá. (¿Orgulloso? Reporto que aún no he ayudado a animales).
Haz tu teléfono aburridísimo Hay formas técnicas de poner tu teléfono en escala de grises o hacer la pantalla de inicio menos como tragamonedas.
Encierra tus apps Recomiendo Brick, un dispositivo portátil (con imán, lo tengo en el refrigerador) que bloquea apps con un toque físico. Si sales, no accedes a apps XYZ hasta volver y tocar el Brick. Ideal para: bloquear apps distractoras al salir a trabajar, y apps laborales los fines de semana (Gmail, Slack).
Libérate del email los fines Además de Brick, meto mi laptop en una mochila con cremallera o en un cajón todo el fin. Si está en mi escritorio, inevitablemente la abro. ¿La mejor sensación? Cerrar todo lo laboral y no llevar computadora de vacaciones. Más sobre viajes luego.
Consigue un tocadiscos Símbolo máximo de lo analógico.
Consigue una cámara de rollo La fotografía es genial para la salud mental y perfecta para reconectar con el mundo. Puede ser costosa, pero amo la gratificación retardada del revelado. La Nikon F100 es top, pero considera Fuji X100V y Canon AE-1 Program. Opciones económicas: Kodak Ektar H35, Camp Snap o las clásicas desechables.
Consigue una radio de bolsillo Quizás solo los fanáticos del béisbol lo aprecien. Crecí escuchando partidos de los Yankees en el auto. Aún me hace feliz oír radios con interferencias en el calor neoyorquino. Los puertorriqueños de mi calle lo mantienen vivo. Obvio, hay más usos para la radio.
Consigue una tableta de papel Una revelación absoluta. Uso el modelo de reMarkable (empresa noruega). Es solución tecnológica con propósito: cataloga notas en cuadernos/carpetas, ofrece páginas en blanco/rayadas/cuadriculadas/hojas de cálculo, y sincroniza con la nube. La uso para notas de artículos/proyectos literarios... ¡y para el punto
Consigue un temporizador de cocina Como el famoso Pomodoro Timer. No es para cocinar, sino para concentrarte. La "Técnica Pomodoro" (Francesco Cirillo, años 80) propone bloques de 25 min de trabajo profundo + 5 min de descanso. Te hace trabajar con el tiempo (un tomate que hace tic-tac), no contra él.
Consigue un despertador Hay muchos términos para los efectos de llevar el teléfono al dormitorio: desde "procrastinación de venganza nocturna" hasta "podredumbre en cama". No hay razón para llevarlo a la cama. Quemarte con videos cortos de luz azul y esperar dormir rápido y profundo es de locos. Usa un despertador decente. Yo uso Loftie (con ruidos blanco/marrón), también recomiendo Hatch.
Consigue un e-reader Los e-readers no son el enemigo. Algunos se quejan: "Amo la sensación de un libro real" (justo). Es importante apoyar librerías locales. Pero cualquier buen e-reader tiene: luz cálida, batería larguísima (+1 mes) y acceso a clásicos baratos. Además, ¡amo la sensación de un Kindle al leer al aire libre! Al final, no son pantallas como las conocemos. Son solo otra forma de leer. Y todos necesitamos más lectura.
Consigue un reloj de pulsera Personalmente, me gustan los relojes de buceo o estilo militar. Me evitan mirar el teléfono.
Consigue una consola de juegos Específicamente, sin conexión a internet. Clásicos como Nintendo GameCube, PlayStation (1 o 2), o Game Boys (original, Color, Advance). Irónicamente, ahora son antigüedades caras. Pero jugar es divertido, reduce el estrés y vale más offline.
Consigue un teléfono tonto Vinculado a las "despedidas difíciles". Cambiar tu smartphone por uno básico como Light Phone es grande: perderás apps útiles (Venmo, Uber, Google Maps). Pero estos teléfonos añaden funciones para crear demanda sostenible. Podrías sorprenderte de lo que logras con uno. Investiga.
Ten un calendario físico Los calendarios novedosos eran grandes regalos navideños. Traigámoslos de vuelta. Soy adicto a Google Calendar, pero los calendarios de pared eran objetos domésticos donde todos anotaban eventos. Es una linda forma de conocer las vidas ajenas.
Escribe un diario A diario o de vez en cuando. Puede ser reflexivo: catalogar eventos e impresiones recientes. Es útil para preservar tus "yo" pasados o capturar detalles de tu gente. También puede ser confrontacional (liberar frustraciones reprimidas). Pero eso es útil (catártico para ti, beneficioso para otros). Me gusta que sea privado. Si la meditación te parece inalcanzable, esto podría ser tu puerta a la introspección.
Envía cartas escritas a mano En este ensayo: https://www.insidehook.com/wellness/male-friendship-crisis-solution-letters profundizo en las cartas entre Hemingway y F. Scott Fitzgerald. Estamos tan desconectados de la escritura manual (más allá de "gracias" de bodas) que asumimos que las cartas exigen formalidad (y son aburridas/onerosas). Pero Hemingway y Fitzgerald sabían reírse: "Fue sabio no aliarse con Hearst. Son perras absolutas que se alimentan de contratos como buitres".
Enmarca tus fotos favoritas Cuando reveles tus fotos de rollo, ponlas en el refrigerador, enmárcalas para la mesa o pared, y envía copias a amigos/familia. Recibir fotos tuyas por correo es emocionante (si no tienes un acosador).
Colecciona recuerdos Tengo un contenedor militar en mi clóset con recibos de cenas especiales, tiquetes, pases de metro de viajes, etc. Marie Kondo afectó a los acumuladores, pero es importante guardar recortes físicos. Tienen potencia memoriosa (incluso un garabato en servilleta), diferente a revisar tu galería digital.
Organiza juegos de cartas semanales O de mesa. ¡Fans de Catan, levanten! Un poco de competencia, un par de horas de charla... algo que dábamos por sentado. Encuentra gente confiable y revívelo. Puntos extra si todos dejan sus teléfonos en la chaqueta.
Únete a un club Los clubes están de moda (carreras, libros, cenas, baños fríos...). Acércate con cautela: algunos reflejan copias corporativas (los clubes como productos para redes sociales). Dicho eso, la gente que conoces en clubes es real. El tiempo lejos de pantallas también. Usa tu instinto para decidir si vale la pena. ¿Cómo elegir? A) Algo que ya amas, o B) algo que quieras aprender.
Quédate después de eventos Habilidad social difícil (yo incluido). Ejemplo: Tras semanas en un club deportivo, noté que empacaba mis cosas rápido y me iba. A veces era necesario; otras quería socializar pero no sabía cómo. Empecé a estirar después (o desatar/atar mis zapatos) para charlar con quienes se quedaban. Eso llevó a tomar tragos en la calle un par de veces.
Asiste a eventos en vivo Hay algo eléctrico en estar en un lugar para lecturas, charlas, obras, partidos. Es bueno para el alma. En nuestra era secular, falta conexión. La política temprana en EE.UU. era local, con paciencia y comprensión auditiva superior (los debates Lincoln-Douglas duraban 3 horas). Cuando oímos "eventos en vivo", pensamos en Ticketmaster. No estoy en contra de ver a tu artista/equipo favorito. Pero busca eventos pequeños de centros recreativos, ONGs, universidades o colegios. Son buenos para ellos y geniales para ti.
Organiza cenas Al envejecer y ver formar familias, noté que alguien debe tomar la iniciativa para eventos especiales (como cenas). Es un juego social. Si nadie agenda algo, nada pasa. Pasan meses, décadas, todos tienen hijos y te preguntas por qué no tienes amigos. Así que organiza.
"Flujo" (acuñado por Mihaly Csikszentmihalyi) ofrece claridad rara. Preguntamos a atletas, chefs y músicos cómo encontrarlo una y otra vez.
Asiste aun sin ganas Especialmente a cenas de otros. Más oportunidades de conexión son buenas. Piensa: aunque sea un desastre, tú y tu pareja podrán burlarse de todos en el camino a casa (uno de los grandes regalos humanos).
Juega en equipos deportivos Impactan masivamente en el bienestar emocional. ¿Qué más sano que correr con amigos una hora (entrando/saliendo del estado de flujo) con tu teléfono en una mochila? Incluso es genial cuando sale mal. Vi a un tipo de 50 años ser expulsado en softbol por discutir una jugada. ¡Su equipo estaba furioso! Y parecían pasarla bomba. Elige un deporte, únete a un equipo local. Lamentarás no jugar más cuando tu cuerpo decaiga.
Sé voluntario una vez al mes Hay portales como VolunteerMatch y Volunteer.gov. O busca en Google una causa que te interese. El voluntariado siempre significó salir de la zona de confort, ¿pero ha sido más cierto que ahora?
Invita gente a tus mandados En esta era de desconexión social, vale intentar cosas locas.
Visita a un amigo sin avisar (Nota: Asegúrate de que sea bienvenido en su cultura/localidad).
Deja partes de tu viaje sin plan Leí historias de viajes increíbles este año: un escritor en Suiza guiado solo por mapas dibujados por locales; otro en Marruecos sin teléfono ni guía. Son artículos llamativos, pero iniciaron una conversación sobre cómo viajamos en 2025. No ahogues un viaje con itinerarios e Instagram. Busqué una cita de Anthony Bourdain (parafraseo): Urgía a fans a no viajar solo a lugares de "Sin Reservas" o "Partes Desconocidas". Guías expertas y IA son útiles, pero reducen los rincones del mundo ante el algoritmo. En gráficos, eso es sobreturismo; en persona, una fila interminable en una cafetería de Kioto. Tranquilo: hay mucho café en Kioto.
Pide recomendaciones a personas reales Mis experiencias más sorprendentes en viajes vinieron de charlar con locales. No es una revelación, pero vale recordarlo. La gente en todo el mundo es orgullosa y tiene opiniones. Dale una oportunidad.
Compra una guía de viaje Si eres tímido o hay barrera idiomática, y quieres explorar sin mirar el teléfono, usa una guía tradicional. Pro tip: Hojea en librerías o aeropuertos para ahorrar. Hice un recorrido costero en Auckland este año por recomendación de Fodor's.
Envía postales ¿Cartas escritas a mano con fotos brillosas para poner en el refrigerador? Eso sí es analógico.
Explora tu patio trasero Tendemos a romantizar viajes sin teléfono en ciudades extranjeras o cabañas en bosques (desintoxicación total). Suenan atractivos porque son lo opuesto a nuestra realidad. Pero el enfoque maximalista nunca es sostenible. Al final, debes volver al trabajo. Por eso recomiendo bocados pequeños de viaje analógico en lugares que conoces (donde sabes horarios de tren/bus/ferry). Tan simple como salir un domingo dejando el teléfono en casa. Si esto asusta, no intentes viajes sin teléfono en el extranjero. ¿Versión mini del mini-alternativo? Deja tu teléfono en casa al salir por café o cena.
Duerme sin wearables Usé uno años, hasta 2024. No lo extraño. Solo necesitan rastrear sueño quienes: A) Corran maratones, B) Estén embarazadas, o C) Sean Patrick Mahomes. Los rastreadores causan "nocebo" (efecto contrario al placebo) y crean otro hábito de teléfono: revisar estadísticas al despertar.
Deja de registrar tus entrenamientos Llevo cinco años en Strava registrando actividades casi diarias, así que admito: no seguiré este consejo. Pero reconoce que estas apps son redes sociales. Si eso te estresa, o prefieres ejercitar sin estadísticas o miradas en línea, hazlo. Me identifico más en entrenamiento de fuerza. No registro mis pesas y, últimamente, dejo mi teléfono en el locker del gimnasio. Resulta en entrenamientos eficientes. Normalmente pierdo tiempo entre series con el teléfono.
Deja días sin registrar Podcasts recurrentes, juegos diarios y apps de hábitos explotan nuestra "ansiedad de racha" (vinculada a la psicología gamificada de la gran tecnología). No te preocupes si fallas un día: estarás bien.
Haz cosas sin prueba Una inquietud similar surge ante lo raro o especial (un atardecer, un concierto). No concebimos no capturarlo. Pero grabar el momento no solo interfiere con su santidad, sino que daña tu memoria a largo plazo ("efecto de deterioro por tomar fotos"). Permítete vivir momentos y apreciar sus emociones, sobre la obsesión por preservarlos.
Apaga tus reportes de tiempo en pantalla ¿Irónico, no? Sigue una quinta parte de estas reglas y tendrás los mejores reportes de tu vida adulta.
https://www.insidehook.com/mental-health/analog-life-50-ways-unplug-feel-human-again
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