Informática en las escuelas de CABA

2021-03-30

Si hay algo que me gusta de las escuelas públicas de CABA, son las salas de informática, hoy en día prácticamente en desuso. En algunas escuelas, solamente son un espacio donde dejar un proyector y pizarra fija; en otras ni siquiera e xisten ya.

Cada vez que entro a alguna escuela pública trato de hacerme la llave para pasar mis horas libres. Digo “hacerme” porque en las escuelas no siempre es fácil conseguir la llave precisa; nunca están, las tiene otre, y si están, para qué las vas a usar.

La mejor manera de conseguir unas llaves de la sala de informática es mostar interés. Normalmente las escuelas que tienen este espacio cuentan con un facilitador pedagógico digital, pero la realidad escolar me ha hecho saber que muchas escuelas no cuentan con ese docente.

De todas formas, no son profesores de informática. No existe más la informática en las escuelas primarias de la CABA, lo cual me parece aberrante. No entra en mi cabeza cómo se puede quitar de la currícula un contenido tan importante para la sociedad actual.

Durante los años 80’ en toda la CABA se equiparon a escuelas con las primeras computadoras de 8 bits. En el Mariano Acosta tienen una computadora Monroe, de esas que bootean una versión de CP/M, tienen dos floppy disk y monitor integrado. Se enseñaba a utilizar aplicativos de ofimática, juegos educativos y, por supuesto, a programar. Como ahora.

Solo que ahora no hay salas de computación como tal, ni materia, ni profesorxs y contenidos que cubran esa área del conocimiento. Todo recae en el maestro de grado y el facilitador@ pedagógico digital (si la escuela posee uno), haciendo muy difil cutosa cualquier aproximación al pensamiento computacional.

No hay ningún enfoque para encarar la informática y los sistemas de cómputo dentro de la curricula de la CABA. Son todas lindas palabras que hablan de transversalidad de las áreas y los conocimientos. Nada que se pueda aplicar de manera sistemática si no existe una materia especifica para eso.

Algunos colegios privados tienen organizada la materia informática dentro de las áreas. Dependiendo ya de cada institución, los programas que se dicten varían: van desde aprender a editar videos, programar en scratch, usar photoshop a editar imágenes o armar algún corto o podcast.

En lo particular, como me es imposible lograr hacer un cambio a nivel curricula,ya que les docentes y directives de escuela no tomamos esas decisiones, me dedico a ocupar las viejas salas de informática y llevar el evangelio del cybercirujeo a mis alumnes.

Mi venganza contra los burocratas que quitaron la informática de la curricula es habitar las salas de computación con mis alumnes. Los hago buscar computadoras, que traigan sus destornilladores y se animen a desarmarlas, teniendo siempre mucho cuidado de no toparse con ningúna cucaracha u hormigas; bien sabemos que computadora que no se usa acaba como cueva de bichos.

Hoy ya gané un derecho, el derecho irrestricto de obtener la llave de informá tica. Ojo, dije gané, porque en las escuelas, nada se regala. Mediante una sútil manganeta, me dieron la llave y aproveché para desamurar unas zapatillas de unos escritorios llenos de monitores y CPU; volví a Dirección con un botín muy preciado, que me permite ya un acceso total de la llave, sin cuestionamientos.

Lástima el COVID de mierda y los protocolos que me impiden que les pibes puedan manipular el hardware porque se pueden contagiar. No importa que la ciencia haya comprobado que no podes contagiarte por contacto: la burocracia siempre le gana a la ciencia.

De todas formas, no me rindo. De alguna manera vamos a desarmar computadoras. Ya me inventaré algo.