Me encuentro con J y F

2021-03-30

Los últimos días me vengo sintiendo pésimamente. Cada tanto me pinta el delirio vocacional, un odio irracional hacia lo que hago, sumado a la pasión egolatra de sentirse que se está para algo más. ¿A quién no le pasa? Sobretodo cuando me la paso tecleando tras la computadora, pensando y repensando en nada que sirva para cambiar el simple hecho de ser un maestro de a pie.

En la escuela la vida siempre es demasiado complicada. Muchas veces uno se siente muy presionado y observado al estar delante de un grupo de niños y niñas, 4 hs al día, 5 días a la semana durante unos cuantos meses del año. No digo ya sentirse observados por esas criaturas, sino más bien por el afuera: que las familias, que las directoras, que la televisión y lxs pelotudxs que twittean todo el tiempo. Constantemente pienso en lo pésimo que soy enseñando matemática, lo terriblemente desorganizado que puedo resultar y las constantes referencias a Tangalanga que tiro así de refilón. Todo eso me da pánico, porque muestra tanto lo peor de mi, como mis obsesiones e inseguridades.

Entonces es cuando pienso, ¿por qué no podría estar haciendo otras cosas? ¿Por qué debo relegarme a tan demandante y mal paga tarea? Pienso y veo a mi alrededor, escucho y reflexiono, contemplo y recalculo.

Salgo en la bici con mis empanadas en el manubrio, un pin de @robosepu en el guardapolvo y la mochila reventada de porquerías; en la esquina me los cruzo, de nuevo, a J y F, mis querides alumnes de un séptimo que ya se egresó.

Estaba cruzado yo, cruzadisimo, a cara de perro toda la mañana, pocas pulgas y con las palabras filosas para tod@s mis alumn@s. Ni mis preferidas se salvaron de la tormenta que tenía en mi cabeza.

Había dormido mal. El vino y el faso me hicieron desvelar, el sueño no llegaba, y cuando llegó, no entendí si había dormido o simplemente dado vueltas y vueltas en la cama. Toda la mañana atravesado, pensando en por qué no me pagan por escribir o hablar de linux, en vez de tener que estar 8 hs educando criaturas.

Pero salgo y los veo a ellxs, J y F.

Me alegraron todo el día, como la otra vez.

Que lindxs son las criaturas de la escuela cuando son felices y crecen. Es algo maravilloso de contemplar, la niñez y el fin de la primaria en niños y niñas alegres.